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Visita de estudio con Barber y Osgerby

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Casi han pasado ya 30 años desde que Edward Barber y Jay Osgerby empezaron su colaboración. Si echamos la vista atrás, se trató de una experiencia fortuita que comenzó con una amistad en el Royal College of Art en 1992 y que poco después se convirtió en un estudio desde el piso que compartían en Notting Hill. Tras terminar su máster en arquitectura, pasaron tiempo en proyectos de la construcción, pero ambos compartían la pasión por la escala más pequeña, por lo que finalmente se inclinaron hacia el diseño de muebles y llevan creando para los titanes del diseño desde entonces.

Producto Bellhop Floor - Designer E. Barber y J. Osgerby - Entrevista Sujata Burman - Fotografía Pablo Di Prima

"Lanzamos nuestro primer proyecto con Flos en 2007, que fue la lámpara Tab. Ambos la tenemos en casa y en el estudio, es una buena lámpara de trabajo pequeña. Tuvo buena acogida y luego pasaron casi diez años hasta que hicimos otra lámpara realmente exitosa, que fue la Bellhop."
– Barber and Osgerby

Afincado en Londres, aunque realmente de carácter internacional, el estudio alberga muchos proyectos de iluminación, desde la Antorcha Olímpica en 2012 hasta la lámpara BELLHOP 2016 (y su versión de pie de 2020) para Flos. Con la vista puesta en la longevidad, han atravesado la pandemia gracias a un estudio con un espacio adaptable y con múltiples pisos. Sobre Zoom, arrojan un poco de luz sobre su historia de tres décadas mientras permanecen sentados en su estudio al este londinense, rodeados por sus obras. Cuentan historias del cuenco japonés que inspiró BELLHOP, comparan la elección de los colores a ponerles nombres a los niños y explican cómo intensificar su juego de diseño para empresas históricas.


SUJATA BURMAN: Vuestro estudio ha tenido múltiples ubicaciones a lo largo de los años. ¿Cómo ha afectado esto a vuestra práctica hasta la fecha?

EDWARD BARBER: Después de nuestro piso en Notting Hill, nos mudamos a Trellick Tower - estábamos en el piso 22, las vistas eran espectaculares. Viví allí unos seis años y tuvimos el estudio allí tres años. Luego nos mudamos a los talleres Isokon (en Chiswick). Fue algo genial, porque estábamos cerca de los talleres de madera, aprendimos un montón de cosas sobre la elaboración de muebles allí y, sobre todo, sobre la madera contrachapada. Un montón de las primeras piezas que fabricamos eran de madera contrachapada porque estábamos al lado de los talleres. Por aquel entonces, hacíamos pequeños proyectos de arquitectura y, para uno de ellos, diseñamos mobiliario de restaurante. Una de las piezas era una mesa baja, la Loop Table, que está hecha de madera contrachapada de abedul. Esa mesa fue realmente un trampolín en el mundo del mobiliario porque Giulio Cappellini la vio en 1997. Por aquel entonces, Cappellini era la empresa de mobiliario más interesante que trabajaba con jóvenes diseñadores y con diseñadores consolidados, y [Giulio] dijo que quería fabricarla. Así que tuvimos ventaja desde la primera pieza que diseñamos. Creo que fue entonces cuando cambiamos de punto de mira, cuando nos dimos cuenta de que nos interesaba mucho más el diseño de mobiliario que la arquitectura.

JAY OSGERBY: En parte porque se trata de un proceso más rápido. Cuando haces un proyecto arquitectónico, lo único que llegas a hacer es un prototipo. Realmente, no llegas a fabricar. No se te presentan oportunidades posteriormente para cambiar, desarrollar y reafirmar una idea, mientras que en el diseño de muebles y de productos, sí que las tienes.

SUJATA BURMAN: Tiene que haber un vínculo con el material inmediatamente que no conseguís con la arquitectura.

JAY OSGERBY: En raras ocasiones lo tienes con la arquitectura, al menos no de la misma forma.

EDWARD BARBER: Tienes mucho más control que con la arquitectura, en la que hay tantos factores desconocidos…

JAY OSGERBY: Furniture El mobiliario es la capa que está entre el cuerpo y el edificio. Los seres humanos en los edificios simplemente dan vueltas en su interior, y de hecho son los objetos a escala de los muebles los que tienden puentes para unir las escalas: del edificio al ser humano.

EDWARD BARBER: Por ejemplo, si tomamos una habitación blanca vacía, realmente no dice mucho hasta que se introduce un objeto en ella. Una silla y una mesa bonitas transformarán por completo ese espacio. El mobiliario ayuda a definir los espacios.

JAY OSGERBY: De lo contrario, estaríamos en una situación en la que habría un increíble espacio con luz natural, pero luego se nubla, no hay luz y ningún sitio donde sentarse.


SUJATA BURMAN: Hablando de la luz, ¿cómo os dio por diseñarla?

JAY OSGERBY: A principio de la década de 2000, teníamos cuatro o cinco ideas para lámparas y sabíamos que en aquella época solo había un fabricante con el que queríamos hablar, y ese fabricante era Flos. Así que pasamos mucho tiempo elaborando una serie de proyectos que ofrecerles. Siempre hemos tenido la idea de fijarnos en el mejor fabricante de cada campo, y así abordamos la cuestión con Flos.

EDWARD BARBER: Lanzamos nuestro primer proyecto con Flos en 2007, que fue la lámpara Tab. Ambos la tenemos en casa y en el estudio, es una buena lámpara de trabajo pequeña. Tuvo buena acogida y luego pasaron casi diez años hasta que hicimos otra lámpara realmente exitosa, que fue la Bellhop. 

JAY OSGERBY: Creo que siempre hemos preferido la luz de las lámparas. Una de las cosas que suele pasar mucho en la arquitectura es que los arquitectos y el diseñador de la iluminación hacen todo lo que pueden por hacer que el espacio tenga un aspecto lo más dramático posible. No piensan necesariamente en crear entornos íntimos, que es lo que se consigue con las lámparas. En general, se consigue una mejor calidad de iluminación de una lámpara - una vez más, es más humana.

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SUJATA BURMAN: ¿Cómo es un día en el estudio para vosotros? 

JAY OSGERBY: Antes del confinamiento, pasábamos la mitad del tiempo aquí, y la mitad del tiempo en el extranjero [visitando a nuestros fabricantes]. Es algo constante, alternar entre analizar prototipos, bosquejar ideas, hablar de distintos temas, sentarse en cosas, intentar romper cosas, probar cosas. Hasta hace poco, también dábamos bastantes charlas y conferencias.

EDWARD BARBER: Cuando lanzas un nuevo producto, en función de la empresa y de la ambición que tengan con el proyecto, con frecuencia te harán hacer una tournée por el mundo para promocionarlo... aunque puede ser algo divertido, ahora es agradable pasar más tiempo con la familia en casa. Llevo viniendo al estudio desde mayo, prácticamente a diario. El estudio no ha estado lleno desde febrero, por lo que, a decir verdad, no hemos tenido esa sensación de equipo durante un tiempo, lo cual es una pena. 


SUJATA BURMAN: Habladme un poco más sobre la lámpara Bellhop. ¿Cuándo la diseñasteis por primera vez?

EDWARD BARBER: Originariamente, la creamos para el restaurante del Museo del Diseño de Londres en 2016. A Flos les gustó de verdad y decidieron fabricarla. Luego la lanzamos en 2017 en la feria EuroLuce. La idea era que el restaurante pudiese cargarlas durante el día y que las pusiesen sobre las mesas por la noche. Pero, cuando la diseñamos, nos dimos cuenta de que era un objeto muy bonito para tener en casa. Te puedes ir por ahí con ella y es como un pequeño amigo que te puedes llevar. Es básicamente como tener una vela que te llevas de una habitación a otra.

JAY OSGERBY: Originalmente eran de metal y solo se fabricó un pequeño lote. 


SUJATA BURMAN: ¿Dónde encontrasteis inspiración para la forma?

JAY OSGERBY: Cuando hablábamos con Flos sobre el proyecto para el Museo del Diseño, dio la casualidad de que teníamos un cuenco japonés realmente bonito en el estudio. Simplemente atenuamos las luces y encendimos una linterna en la parte inferior de este cuenco. La luz reflejada que rebotó de la porcelana era realmente bonita. Así que pensamos, ¿cómo podríamos recrearla? Ese fue el punto de partida, aunque pueda parecer abstracto.

EDWARD BARBER: En un restaurante, lo que se busca es que la luz se refleje en la mesa. No es deseable tener una luz deslumbrante en una mesa entre personas que están sentadas enfrente. Así que esta lámpara siempre estuvo pensada para que la luz fuese hacia abajo y rebotase en la superficie de la mesa. 

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SUJATA BURMAN: Hablemos del elemento recargable de esta lámpara. ¿Qué relación tiene el estudio con la tecnología?

EDWARD BARBER: Lo que es interesante es que hace diez años no habría sido posible crear esta lámpara, porque la vida útil de la batería era tan pobre que probablemente habría durado una hora o algo así. Mientras que ahora, si la tienes en la configuración más baja (tiene cuatro), dura unas 24 horas y, con el tiempo, mejorará cada vez más. ¡Si Flos fabrica esta lámpara dentro de diez años, solo tendremos que recargarla una vez al mes!

JAY OSGERBY: Creo que la tecnología funciona cuando es invisible, no es algo de lo que realmente queramos presumir. Más bien se incluye como una sorpresa, en la forma que se utilizan los objetos, y no como algo que sea de hecho abiertamente tecnológico. Incluso la lámpara Tab utilizaba una bombilla de luz halógena al principio, que luego por supuesto se cambió a LED – nos resultaba extraño, esa transición de sustituir una bombilla, hasta el momento en el que la tecnología está incorporada en el propio producto. 


SUJATA BURMAN: Tab y Bellhop tienen lo mismo de objetos ornamentales que de iluminación.

EDWARD BARBER: La gente no compra lámparas para su hogar porque proporcionan una buena iluminación, les tienen que quedar bien en casa. Creo que eso es lo que le atrae a la gente de las lámparas Tab y Bellhop. Sobre todo la Bellhop. Creo que la ven como un amigo. 


SUJATA BURMAN: ¿Y qué me decís de la Bellhop Floor, cómo vio la luz?

EDWARD BARBER: Sugerimos a Flos que deberíamos crear una luz dirigida dentro de la colección Bellhop. Así que le dimos la vuelta a la parte superior, pero necesitábamos un poco más de personalidad para una lámpara a tan gran escala. Para ello, confeccionamos la parte superior de vidrio, lo que proporciona un brillo realmente encantador.

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SUJATA BURMAN: La paleta cromática de la Bellhop Floor incluye blanco, marrón chocolate, verde y rojo ladrillo. ¿Cómo elegisteis los colores?

EDWARD BARBER: Siempre es algo bastante intuitivo. Lo que pasa con el color es que es muy transitorio en relación con el diseño. Eliges lo que te parece correcto en ese momento. 

JAY OSGERBY: Es un poco como ponerles el nombre a tus hijos. Cuando crees que tienes un nuevo color, o un nombre nuevo, lo sacas y piensas que es un nuevo desafío. Y antes de que te des cuenta, todo el mundo lo está copiando. 


SUJATA BURMAN: No podemos hablar de iluminación sin mencionar su encargo en 2008 de la Antorcha Olímpica.

JAY OSGERBY: Fue genial ganar ese proyecto. Fue bastante estresante, pero disfrutamos mucho con él.

EDWARD BARBER: En la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, hay unos 3000 millones de personas viendo la televisión en todo el mundo, ¡así que lo último que quieres es que la llama se apague en ese momento! Cuando conseguimos el encargo, pensamos que se convertiría en la mejor cosa que haríamos, o la peor.


SUJATA BURMAN: Sé que no habéis podido visitarla durante un tiempo, ¿pero qué se siente al ir a la fábrica de Flos?

EDWARD BARBER: Flos siempre es divertido. Tienen un estudio de diseño realmente encantador en el que todo está preparado a la perfección para la iluminación. Tienen un montón de canales cortados en el suelo para que no te puedas tropezar con la masa de cables. Hay distintas salas preparadas para poder probar y medir los niveles de luz con persianas automáticas en las ventanas. Es muy eficaz.

JAY OSGERBY: Cuando estás allí, sientes que formas parte de la historia de la empresa. Conoces a las personas que llevan allí los últimos 50 años, trabajando en proyectos. Te sientes muy afortunado. En Italia, es bastante habitual seguir en el mismo sitio en el que los grandes héroes del diseño italiano solían trabajar. Resulta inspirador.

EDWARD BARBER: Cuando trabajas para empresas que tienen una increíble historia de diseño, casi sientes que se lo debes, que te lo debes a ti mismo, que debes mejorar y dar con algo realmente grande para no defraudar a nadie.